martes, 30 de agosto de 2016

Por él - Capítulo 6


Capítulo 6
Andreas había visto aquel tipo de escenas con Niki y Mark, no era idiota.

-Pa… papi…- habló extrañado y Basil se separó inmediatamente de Jason completamente rojo de vergüenza.

-¿Si? ¿Qué pasa peque?- preguntó acomodándose el cabello por mero nerviosismo.

-El equipo ya llegó… Mimi me pidió que te avisada… que … qué estaban haciendo?

-Estaba intentando robarte a tu papá, enano- Jason sonrió con suficiencia y Andreas frunció el ceño, Basil estaba a punto de decir alguna cosa pero Jason agregó- Pero no se puede, así que ¿qué tal si me gano el derecho de que lo compartas conmigo?- Andreas le miró como esperando qué le proponía el otro y Jason sonrió ampliamente- Tengamos un juego antes de que inicie la sesión de fotos ¿qué te parece?- los ojos de Andreas se iluminaron de emoción- Si gano, entonces tendrás que escuchar mi propuesta. Acércate, tu papá tiene que arreglar algunas cosas y yo he trabajado en una nueva plataforma de juego portátil- Andreas miró a su papá como pidiendo permiso y Basil solo le sonrío asintiendo, el pequeño corrió lo más que le dieron sus pequeñas piernitas hacia su padre biológico con una sonrisa de marca Lakis por excelencia y a Basil se le oprimió el pecho al ver como salían por una puerta de cristal que daba al jardín.

Después de eso tuvo que ir donde Mimi y explorar la casa decidiendo dónde sería mejor tomar cada fotografía, le avisó a su jefe de la noticia y éste le dijo que como estaba seguro que lo lograría ya había avisado a la rica y caprichosa niña estrella  para que se presentara a las diez de la mañana en la mansión. Basil no pudo sino suspirar e intentar por todos los medios evadir las miles de preguntas de Mimi acerca de aquella extraña situación.

Por su parte Jason no había tardado en derrotar a Andreas sin mucha consideración, le gustaba el carácter de su hijo, tenía mucho de Basil pero era sin duda su sangre la que corría por sus venas.

-Parece que te he derrotado otra vez- le habló sin tanta altanería mientras el niño permanecía callado- Eres demasiado bueno para tu edad, enano- le habló y esto pareció hacer que el brillo regresara de nuevo a aquellos ojos y es que Andreas realmente admiraba a Jason, más que aborrecerlo por derrotarlo de aquella manera le admiraba, le respetaba y apreciaba por tomarle en serio y no tratarlo como un niño como hacía el resto. No, Jason Lakis no lo trataba como los demás, él no lo subestimaba- Me gustas para hijo- le habló y el niño le vio de mala forma. Jason río- Es en serio, me gusta tu papá y siempre que quiero algo lo consigo.

-Mi papi no es una cosa- le habló enfadado y Jason le miró como si pudiese traspasarle el alma.

- ¿De qué hablas, enano? – Le habló y Andreas creyó saber lo que Jason iba a decirle- No me digas que tu no piensas en él como “tuyo”, MI papi, mío… es agradable decirlo ¿verdad? No quiero quitártelo, pero también quiero decirlo… mío- Andreas bajó la cabecita avergonzado de sus propios pensamientos, tan descubiertos ante el mayor- ¿Puedes compartirlo conmigo? A cambio yo podría ser tuyo…- Andreas le observó extrañado, sin entender- Nunca había querido ser padre, pero tú me gustas y me gustas mucho- Andreas le siguió viendo como si no entendiera del todo y le costó articular las palabras.

-Tú…- tuteándolo por primera vez- Tú… ¿quieres ser mi padre?- le preguntó pasando duro y Jason le sonrió como solo había sonreído a su molesto pero único familiar que no se apartaba de su lado a pesar de todo: su tío.

-Así es… no tengo hermanos y mis padres hace mucho que viven fuera del país, por eso…- en ese momento se sintió muy extraño, como si quisiera decirle tantas cosas al pequeño y al mismo tiempo teniendo que callar otras tantas para que no sonase raro o extraño, es decir, más de lo que ya sonaba todo aquello- Hay algo en ti, pequeño… me gustas tanto como tu papá, pero de diferente forma… me gustaría darte tantas cosas… eres un niño tan inteligente- le acarició el cabello observándolo como si viera la joya más preciada del mundo y Andreas se sonrojó ante aquella mirada llena de apreciación, ante aquellos ojos que lo escudriñaban sin encontrarle defecto y se sintió importante- Eres un niño único… y si compartes a tu papá conmigo… me encantaría… poder ser tu padre… tu otro padre… darte todo cuanto tengo…- Andreas jamás se había sentido tan importante con otro que no fuera su papi y sin saber porqué asintió con las mejillas sonrojadas bajando su cabecita, jugando con sus manitas y a Jason se le figuró ver a un ángel… pero su hijo no era un ángel, era algo más perfecto que eso…

Pasaron los minutos y para cuando Jason regresó traía a Andreas en hombros, confiado y aferrado a él. Basil le vio y se sintió derrotado, al menos hasta que Andreas bajó de los hombros del moreno corriendo hasta él, abrazándolo por la pierna- Papi, el señor Jason va a ser mi nuevo papá- No era una pregunta, era una afirmación y Basil levantó los ojos abiertos de par en par hacia Jason preguntándose qué clase de cosas le habría contado.

-Ah, los niños son tan imaginativos- aquella fue una voz femenina y Andreas frunció el ceño viendo a una joven bonita pero que le desagradó al instante ¿quién era esa?- Mucho gusto señor Jason, soy Jidael Blazon, trabajaremos juntos en este calendario, espero no ser una molestia, le agradezco el haber aceptado trabajar en conjunto- le sonrió y Jason se sintió fastidiado ante tanta falsa dulzura y notó de reojo el rostro nada contento de su hijo.

-¿A mí? Yo solo he aceptado por que alguien me lo ha pedido, debería agradecérselo a esa persona, con permiso. Basil ¿qué se supone tengo que hacer?- habló acercándose hacia el rubio, fastidiado de tener que llamarle por su nombre. Estaba acostumbrado a “Denakis” y en su mayoría de las veces “perro” pero para ser honestos, cachorro era la forma que más le gustaba.

-Ah…- Entre la muchacha, Jason y su hijo se descolocó y cuando por fin se concentró le sonrío a su peque diciéndole que fuera con Mimi para luego dirigirse a Jason- Primero ve con maquillaje, necesitarás de uno especial porque las primeras fotos las tomaremos de ustedes por separado- hablándole a la muchacha también –Las tomaremos en el baño y después comenzaremos las fotos en conjunto en la recámara… vestíbulo… estudio…- vio que Jason fruncía el ceño y lo entendió al momento- Quiero decir cocina y jardín- vio que Jason parecía satisfecho y se preguntó porque no quería que irrumpieran en su estudio ¿no había dicho acaso que podía tomar fotos en cualquier lugar de la casa? Sabía que podría haber ejercido ese derecho, pero… pero había cambiado el lugar sin pensar al ver su rostro… no quería molestarlo… y eso comenzaba a asustarle, nunca había sido un secreto para sí mismo la increíble intensidad de sus sentimientos por Jason Lakis… pero jamás se había sentido dominado hasta el punto de la inconsciencia.

Como había dicho, iniciaron con las fotos de prueba de la sesión en el baño, con la niña caprichosa hubo un par de problemas con el vestuario pues o estaba muy vestida o muy descubierta, lo cual a Basil ya le estaba provocando dolor de cabeza porque no estaba siguiendo ninguna de sus indicaciones mientras que con Jason lo único que tuvo que aguantar fue que la boca se le secara al verle sacarse la ropa. El maldito infeliz… ojalá hubiese sido un maldito palillo sin gracia, pero no… cada uno de sus músculos estaban finamente definidos y suavemente marcados donde se supone debían estar.

Sabía que estaba fascinado y pensó que posiblemente, solo posiblemente, su fascinación por el cuerpo de Jason Lakis se debía solo a su instinto de fotógrafo, pensó que tal vez eso era lo que le cegaba haciendo que su corazón latiera desbocado en su pecho, pero cuando Jason caminó con aquel andar seguro y elegante metiéndose a la tina con solo los pantalones y echó la cabeza atrás sacando un pequeño gemido que Basil creyó suyo, entonces, solo entonces lo supo, no solo él lo estaba observando; el staff completo lo estaba observando y no precisamente con ojos profesionales.

Aquello era una locura, ese era su equipo de siempre, ellos habían trabajado con modelos mucho más atractivos que Jason Lakis, o por lo menos igual o muy cercanamente atractivos. Lo observó y vio como Jason se mojaba un poco el cabello como le había indicado, lo sacudió y después volvió a echarlo atrás dejando ambos pies fuera del agua en una pose desenfadada y sexy, solo entonces notó que era posible que hubiese trabajado con muchos modelos, pero simplemente ninguno era Jason. Ninguno tenía aquella seguridad, aquel porte, aquella endemoniada manera de mirar, de traspasarte el alma…

En el agua Jason se sintió incómodo con los pantalones aún puestos, pero sonrió con cinismo al ver cómo su cachorro se había perdido en las formas de su cuerpo, sabía perfectamente el efecto que causaba en las mujeres, pero el ver que la reacción era exactamente la misma con su Basil le complació sobremanera, sabía que más gente lo miraba pero él solo tenía la vista clavada en el rubio.

-¿Piensas comenzar?- le provocó ladeando la cabeza, sacando al rubio de su trance, haciendo que igualmente todo el staff apartara la mirada comenzando con su trabajo.

Aquellas fotos fueron una tortura para Basil, como fotógrafo quería tomar todas las fotos posibles, Jason era el modelo perfecto, sexy, bello, seguro e increíblemente sensual… tanto como para no querer compartir aquella imagen con el mundo. Para cuando por fin terminaron, Basil había decidido para su vergüenza que se quedaría con más de la mitad de las fotos que había tomado para sí mismo.

Tenían que cambiar de habitación y había que mover todo el equipo, él podía pasar todo el día haciendo aquello pero comenzaba a notar como Jason dirigía su mirada al reloj de vez en vez, estaba agachado después de la última foto y al intentar levantarse para anunciar que la sesión de fotos se terminaba por ese día, sintió un dolor agudo atravesándole las piernas. Era increíble, se había olvidado por completo del estado en que estaban, aunque le habían molestado durante las interminables fotos de Jidael, lo había olvidado por completo en las de Jason- Por Dios….- suspiró masajeando un poco sus extremidades ya levantado, en verdad era un caso sin remedio, después de todo ¿aquello era normal? ¿Podía alguien sentirse como él se sentía en presencia del que le había casi molido las piernas? No… definitivamente no era normal- Por hoy termina la sesión, muchas gracias por su trabajo- habló con los ojos cerrados sin dejar de tallarse, y no notó que Jidael se acercaba a él hasta que estuvo bastante cerca.

-Aún no se me ha tomado ninguna foto conjunta… -reclamó cruzándose de brazos y Basil contó hasta tres antes de abrir los ojos. Debía tratarla bien, debía tratarla bien… - Tenía pensado seguir con la sesión pero creí que usted no lo permitiría- la muchacha le vio desconcertada.

- ¿Po… por qué no iba a querer?- preguntó con cierta precaución y Basil le sonrío angelicalmente.

-Perdone mi atrevimiento, solo que... bueno, el señor Lakis tiene un horario bastante ajustado… - habló masajeándose el cuello- Aunque no creo que se niegue a seguir con la sesión si usted insiste- la joven se sonrojó y negó con las manos.

-Oh, no… tiene razón, no quisiera molestarle… - después sonrío para sus adentros, de cualquier forma si detenían la sesión ahora, habría más días de trabajo y más oportunidades para ella de conocer aquella mansión y a su apetecible y acaudalado dueño.

-Entonces muchas gracias por su trabajo, la veré mañana a la misma hora- habló Basil y se movió a alguna otra parte lejos de ella, en alguna parte de su vida recordaba haber sido un fanático de las chicas bellas pero conforme pasaba el tiempo aquel gusto fue cambiando por un fastidio casi irrazonable, probablemente un fastidio que tenía mucho que ver con una chica hermosa en especifico: Anna Circe.

Basil levantó la vista y vio a Jason mirándolo desde la puerta, seguía mojado y solo con los pantalones. Sabía que debía ignorarlo, ver a otro lado, pero simplemente no pudo quitarle la mirada de encima, Jason lo notó y sonrió con suficiencia, su mirada le pareció a Basil aún más intensa que antes y su corazón se aceleró haciendo que frunciese el ceño, lo cual pareció no más que divertir a Jason, que salió de la habitación con una sonrisa llena de complacencia y dejándolo a él con un bufido de exasperación para consigo mismo.

Girándose para darle la espalda a la puerta por la que había salido antes el millonario se encontró de frente con Mimi que le miraba acusadoramente- Ahí hay algo, no me mientas Basil- Basil sólo suspiró.

-El señor Lakis y yo tenemos una relación meramente profesional, Mimi- se adelantó a explicar y ella se rió. Sospechaba que sonaba raro al decir “Señor Lakis”, por Dios tenían la misma edad y en su vida se había referido a él con semejante “formalidad”, jodido bastardo, maldito fuera.

-Sí, claro. Y los perros y los gatos son amantes uno del otro – habló con burla y Basil pensó que al menos un cachorro si lo era de un elegante gato, se quedó paralizado un momento… ¿por qué carajo se había comparado con un perro? ¡Con un demonio! ¡Jason lo tenía harto!

Después de aquello un par de días pasaron. Para Basil aquello se volvió algo realmente insoportable, Jidael obviamente se había puesto una meta demasiado alta para sí misma, y eso realmente no sería tan malo de no ser porque su hijo estaba junto a él en las sesiones y parecía odiar cada vez más a la chica.

-¡Ya suéltalo!- después de tres días de sesiones, ya en el último día de aquel trabajo, finalmente Andreas explotó, más de uno no pudo disimular su asombro, Andreas acompañaba a su papá desde que era un bebé al trabajo y siempre había sido un niño demasiado tranquilo, inteligente y perspicaz, pero ahí estaba, explotando por que aquella chica se había pegado de más a Jason para la última fotografía.

-Denakis- la chica le habló a Basil, en aquellos días había comenzado a hablarle por su apellido, más que con respeto lo hacía con superioridad y él había preferido ignorar el hecho- ¿Podría llevarse a su hijo? Va a arruinar las fotos- exclamó con fastidio viendo al niño despectivamente, Andreas por su lado no lograba calmarse, jamás se había sentido tan molesto, pero es que Jason le había prometido ser su nuevo papá, ser suyo a cambio de compartir a su papi, entonces ¿por qué aquella chica se le pegaba tanto? Mark y Niki solo se tocaban así entre ellos. Así debía ser ¿verdad? ¿Le había mentido? ¿Lo había engañado por ser un niño?

-El niño se queda – y para sorpresa de todos fue Jason el que habló levantándose de donde estaba, caminando hacia el pequeño, Basil lo observó y se le encogió el corazón al ver cómo le acariciaba el cabello y le sonreía a su hijo haciendo que éste calmara su expresión inmediatamente- Ya hemos tenido bastantes fotos juntos, termina de tomarle las fotos a ella sola para su calendario, yo me tomaré las últimas con Andreas para el mío- Basil sólo asintió, era cierto, aunque ambos calendarios iban a tener algunas fotos de ellos juntos, tendrían también bastantes de ellos por separado.

-Jason, no puede estar hablando en serio. Ya se preparó todo para estas fotos- refiriéndose al escenario que el equipo había arreglado para aquellas últimas- No puede desperdiciar su trabajo solo por ese niño- Estaba molesta, fastidiada y con ganas de deshacerse de Andreas, aunque el pequeño rubio se abrazó a su “nuevo papá” sonriendo triunfante, una sonrisa totalmente Lakis que descolocó por completo a la muchacha, hasta verlos juntos no había notado a qué extremo aquellos dos se parecían.

-¿Solo este niño?- Jason rió por lo bajo, levantando después la mirada, clavándola en la chica - Este pequeño ahora es mi hijo… - lo cual avivó más aún el orgullo en la expresión de Andreas -Oh ¿acaso no lo sabía? Basil Denakis es mi amante.

jueves, 25 de agosto de 2016

Por él - Capítulo 5


Capítulo 5



Basil gimió con fuerza sintiendo como Jason le penetraba manteniéndolo en el aire y contra la pared de su habitación, se acababan de instalar ese día en su casa y nada más caer la noche el moreno bastardo mal nacido había ido hasta su habitación sometiéndolo casi a la fuerza.


-Ja...Jason...- gimió entre una embestida y otra.


-Se dice amo... mi nueva mascota...- el gimió y quiso empujarlo, quitárselo de encima pero a pesar de sus palabras, las caricias de Jason no eran desagradables y la desesperación con la que se bebía su piel era casi halagadora, igual que la forma en que su respiración se agitaba y parecía perder el control en su interior, se sentía en el cielo, no había dolor, como si no tuviese las piernas destrozadas, como si en la mañana no le hubiese costado un infierno levantarse de la cama.


-Gm.. Jason - El gemido de Basil se escuchó pasito en la habitación vacía mientras la luz de la mañana entraba por la ventana dándole de lleno en la cara sacándolo de tan exquisito sueño. Se removió entre las sábanas y se talló los ojos saliendo lentamente de la neblina de la inconsciencia - mm...-entre se quejó y ronroneó medio dormido aún- Qué demonios...- susurró despertándose de golpe – Diablos, debo estar loco- sintiéndose agitado al recordar lo que estaba soñando se llevó ambas manos a la cara y negó efusivamente, maldita sea, que vergüenza - Loco... si, definitivamente loco...- intentó calmarse, se levantó casi corriendo al baño para darse la ducha más fría que había tomado en meses y es que hace meses que no tenía aquella clase de sueños - Maldita sea Basil, solo tú puedes fantasear con el hombre que te dio una golpiza apenas hace dos días...- murmuró pegando la frente contra las baldosas de baño, sintiendo el agua fría correr por su cuerpo atravesándolo como navajas, aguanto así hasta calmarse para después cambiar al agua caliente brindándole un merecido confort a su cuerpo lastimado. Suspiró de placer y se dejó caer al suelo descansando sus piernas, se bañó así, recargado contra una de las frías paredes- Por qué...- murmuró mientras se pasaba como ido el jabón por uno de sus brazos- ¿Por qué ni en esta situación puede dejar de fantasear con él...?- suspiró nuevamente y se bañó con calma, estaba ya enjuagándose cuando el sonido de su celular le sacó de su pasividad, y lo hubiese ignorado de no reconocer el tono que había puesto especialmente para su jefe.


Salió lo más rápido que le dieron las piernas de la ducha y contestó esperando que sólo fuera para preguntarle cómo iban las cosas con el calendario, pero al parecer Dios andaba de malas con él o mejor dicho le estaba haciendo pagar por haberse quedado con cierto tesoro solo para él desde hacía cuatro años, ese tesoro llamado Andreas.


Su jefe tenía una petición para él y una que no le gustaba, intentó razonar pero al parecer su jefe había asumido que él y Jason eran los grandes amigos de confianza que se ayudaban en todo o algo así y había terminando por ignorarle.


-Oh, maldición... lo que me faltaba...- gruñó desanimado y dejó el teléfono caer en la cama, de paso también lo hizo con su cuerpo delgado. Toda su vida era tan tranquila hacía una semana ¿Cómo es que había llegado a ese punto?


Un día completo había pasado entre el día del concurso y ese, había regresado directo a su casa después de su "discusión" con Jason, su niño se había mostrado preocupado al verle caminar con cierta dificultad, el sólo había sonreído calmándolo y diciéndole que había tenido un día muy pesado, al día siguiente había hablado a su jefe diciéndole que ese día no trabajaría. Como supuso, a su jefe aquello no le gustó nada, pero cuando le dijo que había conseguido hacer el calendario de Jason en su propia mansión, donde nadie más había entrado, se mostró encantado de darle el día libre, después de todo no tendría sesión ese día y podía trabajar desde casa, lo cual ahora le acababa de acarrear un nuevo problema, después de aquella llamada había llevado a su hijo a pasear, a gastar parte de su dinero recién ganado y después le llevó con Mark para estrenar su nuevo juego. Para la tarde le había comunicado a su hijo que "pasarían un tiempo" en la mansión Lakis, habían empacado algo de ropa y como imaginó, sin previo aviso, un auto enviado por Jason se había presentado en su edificio para recogerlos, tal vez él y Jason jamás habían sido amigos pero le había conocido lo suficiente como para saber cómo acostumbraba actuar, él sólo daba órdenes y asumía que era ley acatarlas y desgraciadamente en esta ocasión no le quedaba de otra.


Sería una mentira decir que no le había dolido ver el rostro emocionado de Andreas al ver la enorme mansión, más específicamente la increíble cantidad de patio que tenía, las cosas habían empeorado al ver la habitación que Jason había mandado a preparar para él, Andreas simplemente estaba encantado y eso le hizo pensar en todo lo que él no había podido ni podría jamás ofrecerle. La enorme habitación con estantes y juguetes, hermoso papel tapiz y una sala de juegos anexa no tenía nada que ver con la simple y patética habitación que él había podido darle al pequeño.


Pese al golpe emocional que la alegría y asombro de Andreas le provocó, también agradeció todo ello, al menos así Andreas no prestaba tanta atención a su deplorable estado físico, estaba exhausto y dolorido, los golpes de Jason no eran leves, ni los físicos ni los emocionales... porque sin duda Jason debía estar consciente de la forma en que se sentiría al ver el esplendor con el que podría cubrir a su hijo, el esplendor que él ni en sus sueños siquiera podría imaginar.


-Pero de nada me sirve estarme lamentando- murmuró levantándose con cuidado para no lastimarse más sus maltratados músculos, se secó y se vistió, tomó una pastilla para el dolor y la inflamación - Y ahora- suspiró al estar listo, intentando armarse de todo el valor que le fuese posible- A enfrentarse al demonio.


Salió de su habitación y bajó al vestíbulo intentando encontrar alguien que le pudiese dar referencia del "honorable señor Lakis"


Maldito bastardo...


-Disculpe...- le habló a una muchacha que vio pasar por uno de los pasillos llamando su atención. La joven le vio y nada más hacerlo le saludó con una respetuosa inclinación.


- ¿Se le ofrece algo joven?- Basil se sintió algo incómodo ante el tono excesivamente formal de la jovencita.


-Solo Basil, por favor. Disculpe ¿sabe dónde se encuentra Jason?- preguntó amablemente y la joven asintió.


-El señor Lakis se encuentra en su despacho, me pidió que le indicara que se encuentra cruzando el vestíbulo al final del pasillo, a la izquierda. También indicó estrictamente al personal que se le tratara con el debido respeto, lo lamento, pero sería una grosería llamarle por su nombre de pila- la muchacha parecía cortés, educada y fría como un témpano de hielo así que sólo asintió agradeciendo sus indicaciones, caminando hacia donde le habían mostrado, así que Jason había dicho todo aquello.... maldito farsante infeliz.


Aunque era mejor que se calmara y se portara obediente y pasivo como al parecer Jason prefería a los que tenía alrededor, ¿qué por qué? porque estaba a punto de hacer lo que creyó impensable durante toda su vida, pedirle un favor a Jason 'arrogante mal nacido' Lakis.


Encontró la puerta, tallada en madera de primera y suspiró antes de tocar, como única respuesta a su llamado la puerta se abrió, a pesar de su apariencia clásica al parecer tenían cerraduras electrónicas, volvió a tomar valor y entró siendo recibido por el repicar incesante de las teclas del ordenador.


-¿Qué es lo que quieres Denakis? creí que la sesión no iniciaría hasta dentro de una hora- Basil no supo si tensarse o relajarse un poco ante la forma simple que lo trataba, sin prestarle la mayor importancia. Contó hasta tres mentalmente para no impacientar demasiado al moreno y finalmente le habló con voz baja, siendo joven y con un pequeño al cual mantener había aprendido a tratar con diferentes tipos de personas y a darles por su lado, no iba a humillarse pero al menos podía hablar en voz algo más humilde y calmada.


-Necesito...- el moreno dejó de teclear en el momento y levantó la vista con una sonrisa triunfadora.


-¿Necesitas algo de mí, cachorro?- preguntó con aire prepotente y no supo que fue lo que le molestó más, su arrogante sonrisa o la forma estúpida en que lo derritió su tono sensual y descarado al decir "cachorro". Pero decidió tener paciencia, aunque eso no evitó que frunciera el ceño sí ayudo a mantener un tono más o menos calmado.


-Nada que no provocaras tú mismo- evitó gruñir.


-Así que he provocado que me necesites- soltó una risita divertida- Vaya, y no me ha llevado más de veinticuatro horas- presumió.


-Vete al infierno, Jason- gruñó sin pensarlo, arrepintiéndose al instante y se notó en sus facciones, notarlo no hizo más que divertir a Jason, le gustaba aquel sentimiento, el poder, el ver cómo Basil intentaba por todos los medios tratar de complacerlo, de ser dócil fallando tremendamente.


-¿Qué es lo que quieres?- preguntó directamente clavando sus ojos en el rubio, mejor dejar el entrenamiento del cachorro para después, ya iría poco a poco domándolo, sometiendo ese carácter altivo volviéndolo su esclavo. Le excitaba, tenía que admitirlo, la idea de tener doblegado a sus pies a aquel rubio maleducado e impulsivo.


-Mi jefe llamó esta mañana- aceptó suspirando y caminando hacia él hasta apoyar sus manos en el escritorio- Se supone que le dijiste algo que le hizo creer que somos grandes amigos o algo así, y quiere...que te convenza de algo- Jason sólo levantó una ceja.


-¿De qué se supone que tienes que convencerme?- Basil se sorprendió un poco y se quedó callado por unos segundos, esperaba que Jason negara haber hablado con su jefe o se rehusara desde un principio a ayudar, su respuesta tan "cooperativa" lo descolocó y sin darse cuenta simplemente soltó lo que su jefe le había dicho.


-Quiere que poses junto a alguien más...- Jason frunció el ceño y Basil pensó que en ese momento lo mandaría al diablo.


-¿Con quién?- ¿Cómo que con quién? Se supone que en ese momento lo mandaba al infierno y decía que suficiente estaba haciendo ya.


-Co... con- sacudió la cabeza antes de hablar- Con la hija del gobernador... e-ella... ella ha dicho que si es contigo aceptaría posar para las fotos...ya sabes... es bonita y bastante popular últimamente, ha comenzado su carrera como cantante y le va bien. Fotos tuyas con ella venderían bastante- habló despacio como si no se creyera que Jason lo estaba escuchando y éste sólo rodó los ojos ante las razones que Basil le estaba dando. Y es que Basil no le había dicho que Jidael era la revelación del momento, ni que llevaba meses intentando que sus fotos fuesen compartidas con las suyas, de otro modo se rehusaba a participar en el proyecto.


-Bien – aceptó sin más.


- ¿Bien?- indagó Basil sin creérselo.


-He dicho bien ¿o acaso quieres decirle a tu jefe que no lograste convencerme?- Basil se enderezó masajeándose el cuello


-No- respondió de inmediato-...No, por supuesto que no, pero... no pensé que fueras tan cooperativo.- Jason simplemente se levantó.


-¿Cómo podría decir que no?- preguntó rodeando el escritorio poniendo nervioso al rubio que no esperaba nada bueno- ¿cómo se supone que podría negarle algo al que se supone es mi amante?-Basil parpadeó como si no recordara lo que Jason le había dicho antes y él lo notó- ¿Acaso no recuerdas por qué estás aquí, cachorro?- bajó la voz acorralándolo contra el escritorio- Estás aquí para ser mi amante... para devolverme el tiempo que me quitaste con mi hijo... y este es el trato, yo accederé a lo que me pidas en esta estúpida campaña, puedes tomarme fotos con quien quieras, en donde quieras, puedes disponer de toda la mansión para ello... - tomándole por el mentón –Pero a cambio, harás lo que yo diga. Cuando estemos en público, quiero que seas un amante locamente enamorado de mí, quiero que beses el suelo que piso... ¿comprendes?- Basil estaba por renegar pero Jason le puso un dedo sobre los labios –No quisiera tener que tomar medidas más drásticas, cachorro...- Basil apretó los dientes y los puños sin poder decir nada y sin previo aviso la puerta del estudio se abrió entrando un enano de cuatro años que se quedó paralizado al ver la escena.


martes, 23 de agosto de 2016

Por él - Capítulo 4


Capítulo 4


-La...Lakis-Basil tenía pensado decir algo, no supo ni qué pero Lakis le interrumpió bruscamente.


-Será mejor que guardes tus ladridos Denakis, creo que tendrás mucho que explicar- habló entre dientes -Pero no será aquí, sígueme- haciéndole una seña intentando conservar toda la calma del mundo, su cabeza era un lío. Había dos opciones en su mente, una que todo aquello fuese verdad o la otra que fuese mentira, las dos opciones le ponían de mal humor, pero prefería saber todo antes de decidir cuál de las dos prefería, notó que Basil no tenía intención de seguirlo y clavó su mirada gris en él- Será mejor que me sigas, perro callejero... o no querrás saber lo que puedo hacerte- Y comenzó a caminar, calmándose un poco al notar que el rubio iba detrás suyo.


Todos aquellos años, Basil había deseado decirle a Jason Lakis que no era más un perro callejero, que valía mas de lo que él había creído jamás, que se había abierto paso con su trabajo y talento, pero curiosamente, las palabras no le salieron. Entraron a un ascensor y subieron hasta el último piso, a las oficinas del dueño del edificio. Los dos permanecieron en un silencio sepulcral, como la calma antes de la tormenta, nada más entrar a la oficina amplia y luminosa Lakis se encaminó hacia su escritorio hablando con una excesiva molestia marcada en la voz.


-Será mejor que me des una buena explicación de lo que escuché allá abajo Denakis, o créeme, no me quieres como tu enemigo- Basil le observó con todo el valor que le daba saber por quién estaba ahí y le habló con la mayor entereza que le fue posible reunir.


-No tengo idea de a qué te refieres Lakis, en lo que a mí concierne tú y yo no tenemos nada de qué tratar, así que como verás, no tiene caso que esté aquí... – pero Lakis golpeó la mesa dejando bastante claro que no iba a tolerar evasivas.


-No juegues conmigo Denakis, escuché que ese niño, Andreas, es mi hijo y a menos que haya concluido mal, de Anna Circe, ahora será mejor que me des una explicación de eso o lo averiguaré por mi cuenta y no seré tan agradable como lo estoy siendo ahora.


-¿Esta es tu idea de ser agradable?- intentó sonar despreocupado- Déjame decirte que tienes que replantearte tus conceptos...- guardó silencio notando la mirada de Lakis en él, sabía que ahora que tenía la sospecha, para Lakis sería fácil averiguar que efectivamente Andreas era hijo suyo. También sabía que debería ser más dócil en su situación, pero se sentía tan amenazado que no podía evitar ser hostil.


Un silencio se extendió en la habitación, Basil tenía a un cada vez mas furioso Jason Lakis frente a él. Su mirada le decía que Jason no se detendría solo con un "Es mentira", por varios segundos se pensó sus opciones y finalmente bajó la cabeza.


-Andreas es hijo de Anna Circe, y si te lo preguntas, sí, es la misma Anna con la que te acostaste de pasada hace cuatro años- apretó los puños- De hecho me sorprendería que recordaras quién es... apareció una noche en mi departamento y dejó a Andreas a mi cuidado, no logró regresar por él, murió y yo adopté a Andreas... fin de la historia- Lakis le observó.


-No puede ser...- gruñó y Basil desvió la mirada.


-Está bien si no quieres creerme- respondió simplemente y Jason observó cada gesto y supo que no le mentía, una avalancha de sentimientos se mezclaron en su interior, sentimientos que no supo identificar, solo uno resaltaba entre todos ellos, la ira, contra Anna, contra el mundo, contra él mismo, contra Basil, no lo sabía, solo sentía la creciente necesidad de golpear lo primero que se le pusiera enfrente y desgraciadamente para el rubio, eso era Basil.


Se quedó callado y Basil pasó angustiantes minutos en aquel silencio, sin atreverse a romperlo porque el miedo de lo que viniera después le paralizaba. Lakis por su parte parecía estar asimilando lo que le acababa de decir, le creía, pero no era algo precisamente fácil de digerir.


- ¿Sabías que era mi hijo?- preguntó entre dientes y Basil no respondió de inmediato. Jason caminó lentamente hacia y él guardó silencio-¡Responde! ¡¿Sabías que era mi hijo?!- explotó tomándolo por la camisa y Basil le miró empujándolo, apartándolo de él, también sintiendo que explotaba, aquel secreto parecía haber estado luchando por escapar de sus labios todos aquellos años.


-¡Sí! ¡Sí lo sabía! ¡Anna me lo dijo antes de marcharse!- un puño se estrelló contra la quijada de Basil y el rubio fue a dar al suelo sintiendo a los pocos segundos los finos zapatos del moreno incrustarse en su estómago de forma fuerte y veloz, haciéndole escupir un poco de sangre dejándolo sin aire en el suelo.


-Y no pensabas decírmelo ¿verdad?- habló volviendo a golpearlo en las piernas esta vez, mientras Basil se sostenía el estómago intentando tomar aire sin éxito-¡Has tenido a mi hijo estos cuatro años sin la menor intención de decírmelo! –su hijo, su sangre-¡¿Cuál era el propósito Denakis?! ¡¿Eh?!- volviendo a golpearlo, esta vez en las costillas y con muchas más fuerza que los golpes anteriores- Contesta ¡¿Cuál era tu maldito propósito con todo esto?!-¿Era acaso por todas las peleas que habían tenido de jóvenes?


La cabeza de Jason se llenó de pensamientos de venganza y especulaciones estúpidas, se pregunto si Basil se reía de él cuando lo recordaba, si pensaba en lo patético que era, tan grande y poderoso y sin poder siquiera acercarce a su hijo, ¡su hijo!


En medio de la ira Jason siguió pateando las piernas del rubio consecutivamente hasta cansarse, cuando estuvo harto y agitado dejó de hacerlo, pasándose la mano por el cabello, que sintió húmedo. Estaba cansado, y con la respiración agitada, se dejó caer en uno de los sillones viendo el cuerpo del rubio tirado en el suelo. Lo observó viendo la dificultad que tenía para respirar y como escupía sangre en su fina alfombra, intentó negar el sentimiento de culpa que se removió dentro de él y se acercó hasta él tomándolo por el cabello, levantándolo un poco de donde se encontraba tirado - Voy a quitártelo, Denakis- le habló amenazante, el rostro de Basil apenas y tenía una marca roja en la mejilla, de alguna forma inconsciente Lakis había evitado a toda costa dañar su rostro, aquella piel de porcelana que había, para su vergüenza, soñado tantas veces con lamer y mordisquear.


-Es mi hijo, Lakis- habló el rubio apenas con voz y con un hilo de sangre corriendo por la comisura de sus labios- No puedes quitármelo...


- ¿Quieres verme hacerlo?- habló con un tono frío y calculador, observándolo- Ni siquiera tendré que usar mi poder, la ley le da preferencia al padre biológico, solo tengo que atestiguar que acabo de enterarme de la existencia de mi hijo y aunado a que me lo ocultaste aún sabiéndolo, el jurado no lo pensará dos veces antes de darme la custodia.


-¡No lo conoces!- le gritó cerrando los ojos y la desesperación hizo que gruesas lágrimas corrieran por sus mejillas, lágrimas que ni siquiera los golpes habían logrado sacar- Andreas es mi hijo Lakis, soy yo el que lo ha cuidado, nadie lo conoce como yo ¡no puedes quitármelo!- sabiendo perfectamente que cualquier jurado en su sano juicio lo haría para dárselo a Lakis.


Jason observó el rostro angustiado y desesperado de Basil y se dio cuenta con horror que le producía un placer que no había experimentado antes, era un poder increíble el que podía sentir correr a través de todo su cuerpo. Soltó el cabello de Basil y le giró dejándolo boca arriba. Aún había ira en su interior, estrujándole, la frustración era tanta que podría llorar. Maldición... un hijo... y no lo había sabido por cuatro años. Pero no era lo único que sentía... Basil ahí... indefenso, en sus manos... casi podía sentir como su estómago daba un vuelco y una extraña euforia aceleraba su corazón, Basil estaba en sus manos, podría hacer con él lo que quisiera, todo cuanto quisiera. Había tantos sentimientos confusos en su interior, culpa, ira, euforia, preocupación... tantas que no podía identificar y le evitaban pensar racionalmente.


-Siempre podemos llegar a un acuerdo, Denakis- le habló hincado sobre su cuerpo, con una rodilla a cada costado del rubio.


Basil le observó esperando algún milagro.


-Andreas es mi hijo y como dije, sería fácil quitártelo, pero no soy tan desalmado como parezco- siseó cual víbora acariciando la roja mejilla del rubio- Él está muy acostumbrado a ti, así que... ¿qué te parece si hacemos un trato? te vendrás a vivir a mi mansión, así podre tener a mi hijo cerca.


-¿Cuál es exactamente el punto?- murmuró el rubio a duras penas, con un nudo en la garganta, con desconfianza y esperanza a la vez.


-Ninguno en especial, Andreas te quiere a su lado y se lo voy a cumplir, con el tiempo posiblemente ya no seas necesario y entonces tendrás que largarte– añadió a propósito, sabiendo la angustia que eso causaría en Basil, quería verlo sufrir, que pagara por intentar robarle a su hijo y al mismo tiempo... que sintiera lo mucho que necesitaba de Jason- Es un buen trato si me lo preguntas, así que decide ahora, no tengo tiempo para dudas, acepta o piérdelo ahora mismo...- Jason se levantó y Basil cerró los ojos, pensando en todo el tiempo que había compartido con su pequeño, en la vida que llevaban hasta ahora y comenzó a llorar sin poder evitarlo, no quería perderlo, tomó aire y observo a Lakis con la mirada que tiene un sentenciado a muerte, luchando por que las palabras salieran claras de sus labios.


-Tienes un trato Lakis...- soltó logrando que las palabras pasaran por el nudo en su garganta-¿Qué esperas que le diga?- refiriéndose a Andreas mientras intentaba levantarse con dificultad. Lakis se había ensañado con sus piernas y le dolían horrible, sin contar con la patada en sus costillas que le hacía no querer incorporarse. Pese a todo eso, lo que mas dolía en esos instantes era su corazón.


-De momento puedes utilizar el pretexto de la sesión de fotos de tendrás conmigo, después le dirás que estamos saliendo- Basil abrió los ojos grandemente, asustado.


- ¡¿Qué?! ¿Estás loco o qué? ¡No puedo decirle eso!- el llanto paró solo por el susto y Lakis le vio fría y amenazantemente.


-Tengo la intención de ser su padre de una o de otra forma, es eso o puedes decirle que lo adoptaste y que su padre real soy yo, ¿qué te parece eso?- Basil bajó la cabeza, definitivamente el decirle que salía con Lakis sonaba mucho mejor que eso.


-Comprendo...- fue lo único que murmuró logrando levantarse y caminar hasta la salida, casi llegaba a la puerta cuando las piernas le fallaron, pensó que caería pero Lakis le sostuvo, había caminando detrás de él sin que se diera cuenta y lo apoyó en la puerta manteniéndose más cerca de lo que la salud mental de Basil podía soportar en esos momentos, por inercia levantó la vista al rostro del que le retenía y se perdió en aquellos ojos grises, lo único que supo después es que un calor abrasador se apoderaba de su boca, los brazos de Lakis parecían más firmes que nunca y se dejó hacer, cerrando los ojos, sintiendo un beso como el que nunca antes había experimentado, lleno de dolor, angustia y anhelo, quería llorar, aferrarse a alguien y simplemente dejar que las lágrimas corrieran hasta que todo saliera de su pecho. Era curioso que quien le sostuviera fuera el mismo que le había enviado al suelo momentos antes.


Apenas y podía respirar, su cabeza dio vueltas y sus labios parecían querer derretirse como cera, su mente se nubló, tal vez por la confusión, tal vez por los golpes o muy posiblemente como consecuencia del escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. Los labios de Lakis se separaron despacio de los suyos recorriendo su mejilla hasta su oído con una sensualidad nata y natural en el moreno, casi no parecía que lo acababa de moler a golpes... ¿cómo es que Basil no lo odiaba aun por eso? La respuesta era fácil, Basil creía que merecía aquellos golpes y no podía culparlo por dárselos, amaba a Andreas y se había reprochado interiormente cada día el negarle al pequeño el conocer a su padre. Casi sentía alivio, como si hubiese pagado algún grave pecado y probablemente así era. Estaba perdido en sus pensamientos cuando el susurro del otro le trajo de nuevo a la realidad.


-Mientras estés en la mansión...- Basil podía sentir el aliento cálido del moreno contra su oreja, contra su cuello haciendo que abriera los ojos pesadamente-Si deseas un amo que te dome por las noches, cachorro... solo tienes que tocar a mi puerta...


Basil sintió cómo se separaba de él y le observó con incredulidad, y también con el corazón desbocado.


-Vete al infierno Lakis...-y dicho esto se dio media vuelta saliendo de ahí, dejando a un Lakis bastante satisfecho. Hacía algunos minutos no podía identificar el sentimiento que le causaba el haber descubierto todo aquello, pero ahora podía decirlo claramente. En esos precisos instantes se sentía con más poder que nunca, como tener el mundo en sus manos... ¡Tenía un hijo! Un pequeño tan perfecto que difícilmente podría haberlo soñado y no solo eso... su pequeño ángel traía un presente con él... un rebelde cachorro que entrenar.


Jason se comunicó con uno de sus empleados indicándole que le entregaran el cheque del premio a Basil Denakis nada más bajara y que le indicaran también que le esperaba puntual a las 9 de la mañana en su casa para le sesión de fotos programada en el día previsto. Lo cual le daba a Basil solo el día siguiente para empacar, en dos días lo tendría ya en su casa. Tenía el presentimiento de que muy pronto, sus noches dejarían de ser frías...


Ya se!!! No me odien >O< se pasó, es malo y todo eso pero con su carácter no puedo imaginarlo dejando pasar por alto el asunto del hijo, por otro lado aclaro algo, Basil es físicamente capaz de defenderse, pero no lo hizo porque sentía que lo merecía.


Debo hacer nota, esta historia es un Remake de mi época de adolescencia, bastaron un par de años para cambiar mi perspectiva, actualmente no soy capaz de manejar este tipo de personajes, pero al mismo tiempo XD no soy capaz de cambiar los viejos.


#NoTodosSonAngel


#CzarSiEstabaBienBueno


#LosHDPsiSeEnamoran


#MeRoboMiHijoJoder






(Por otro lado, perdón! X'D Olvidé actualizar aquí en el blog, así que lo he puesto apenas... el siguiente capítulo lo estaré poniendo aquí pronto, en un par de días, para que puedan leerlo, en wattpad ya está, por si nos siguen ahí también, probablemente ya lo habrán notado)

sábado, 6 de agosto de 2016

Convocatoria Antología Navideña 2016

Hola!!!!!!!!!!!!!

Cuanto tiempo sin leernos, recién revisando el blog he notado que desde que inicie a escribir Una adicción peligrosa Sibe se ha hecho cargo de las publicaciones del blog y sin darme cuenta llevo un año sin subir entrada!!!! >O< inaudito!!!

Bueno, les platico que hemos comenzado algunos proyectos nuevos como se darán cuenta, tenemos Cielo de Otoño, la resubida de Por el y además el estreno de Blanco como la Nieve, para los que nos han seguido un tiempo sabran que este ultimo es un proyecto que llevábamos muuuuucho tiempo queriendo sacar y ahora ¡Por fin lo hicimos!

Tambien estaremos resubiendo todos nuestros proyectos caídos ya revisados, corregidos y con alguna que otra ilustración ^^ .

Nos sentimos muy a gusto con estos proyectos por que nos hemos vuelto bastantes mas rapidos con esto de la ilustración, asi que como cada año abrimos la convocatoria a la Antologia navideña de este año.

Para los que nunca han participado, por que abrimos a estas fechas? Bueno pues simplemente porque una historia, aunque sea corta no se hace de la noche a la mañana XD y desde luego las ilustraciones tampoco (daremos una a cada participante)

Pero centrándonos en la convocatoria, esta es una invitación a todas las escritoras(es) del genero homoerotico de habla hispana,  en años anteriores hemos tenido buena respuesta, esperamos que muchos se animen este año también. Sin mas les dejo las bases.  



Esta es una Antologia de historias navideñas BL, gay, homo, yaoi. Esta antología se distribuye de manera GRATUITA (un regalo para los lectores) en este blog y los blogs o sitios de los autores participantes, cada relato incluirá los datos del autor, asi como donde puedes encontrar su trabajo (blog, web, wattpad, amor yaoi, etc)

Nosotros como organizadores regalaremos una portada a cada historia, esta será ilustrada y a petición del autor con las especificaciones que este desee

Ejemplo:

Autor: quiero un cupido dándole duro contra el muro a un súcubo rodeados por un listón rojo.

Nosotros: vale, dame color de cabello, ojos, piel, tipo de ropa y cualquier detalle extra que quieras :D


Las fechas y actividades son las siguientes:

*Los autores que deseen participar tendrán hasta el 31 de agosto para inscribirse. Para hacerlo lo único que tienen que hacer es dejar un mensaje en esta entrada diciendo que quieren participar y enviarnos un correo a la cuenta Yamatononadeshiko@gmail.com con su nombre de autor y como comunicarnos con ustedes (si el correo esta bien o prefieren Facebook, Google+ etc).

*Después de inscribirse, tienen hasta el  31 de octubre para enviarnos la descripción de su portada al correo antes mencionado.

*La entrega del escrito completo seria máximo el 30 de noviembre, este contendrá los siguientes apartados.

-Historia, mínimo de 8 páginas (arial, 12 puntos, interlineado sencillo)
-Notas del autor  (máximo de una cuartilla)
-datos del autor (pagina, Facebook, wattpad, etc)

*Una vez recibidos los escritos armaremos un solo archivo y lo enviaremos con portada y datos incluidos  20 de diciembre, de forma que puedan preparar su entrada o publicación y publicarlo el 24 o 25 de diciembre, según su preferencia.


Eso es odo, cualquier duda pueden dejarnos un mensaje o enviarnos un correo electrónico :D, esperamos que se animen.



Nota: durante el mes de noviembre a los autores estaríamos enviándoles borradores de su portada con el fin de que quede lo más cercano a lo que desean.

Les dejamos una pequeña galeria de muestra de cosas que podemos hacer.







viernes, 5 de agosto de 2016

Por él -Capítulo 3


Capítulo 3


Después de la sesión de fotos, cuando Lakis  llegó a su casa, evadió a su tío antes de entrar a su estudio,  abriendo la puerta escondida tras el librero. A diferencia de sus padres, su tío aun creía que necesitaba interferir en su vida y enseñarle las cosas buenas que ésta tenía.  Se paró frente a la puerta y esperó que el láser comprobara su retina abriendo las puertas de acero, adentro estaba su laboratorio, había creado aquella habitación para poder trabajar a gusto y sin interrupciones. Encendió todo y una voz femenina se escuchó.

-Por favor, diga su nombre

-Jason Lakis- sentándose frente a la enorme pantalla que mostró el nombre Jason Lakis y una barra de carga bajo el nombre, mostrando el avance del sistema.

-Vaya, por fin apareces, no es muy normal el iniciar un torneo para ni siquiera presentarte a la inauguración ¿sabes?- Lakis no mostró molestia, después de todo el mismo había programado su máquina de aquella forma, no lo aceptaría jamás pero había usado a cierto rubio como referencia para aquella “personalidad”.

-Mi tío estuvo ahí, después de todo fue él quien insistió en que participara en esa tontería- hablando con normalidad.

-Solo después de que usted mismo le mencionó su existencia jefe- le recordó- Jason Lakis cooperando para la beneficencia, esto sí que será noticia.

-No quiero hablar de eso, quiero que investigues a un sujeto. Nombre: Basil Denakis.

- ¿Ese sujeto de nuevo? Querías saber de qué trabajaba y ya lo sabes, esta vez ¿qué es lo que quieres?- Lakis estaba sentando cómodamente entrelazando sus dedos con los codos descansados en los laterales de la silla.

-Digamos que mi interés ha recobrado fuerza- antes había sentido que lo que sea que hubiese despertado ese vago en preparatoria se había apagado, por eso había ido a verle. Había tenido que hacer un par de arreglos para que fuese posible pero era lo de menos. No había esperado que “eso” volviese a removerse en su interior, esta vez con un renovado impulso que no estaba ya dispuesto a contener -Quiero que lo busques todo; estado civil, trabajo, familia, amigos, multas, todo lo que puedas encontrar, y mientras lo haces infórmame de los avances del torneo.

- ¿No quieres un café también?- respondió la voz irónica, mientras en la pantalla aparecían imágenes de los participantes de aquel día- Tuvimos más de setecientos jugadores inscritos, la mitad fueron eliminados. También tuvimos éxito en la sección infantil, su torneo terminará mañana, el de mayores seguirá como lo previste, en cuatro días más estarás dando el premio al ganador.

-Mientras estás en eso, envía un mensaje seguro a Kendal; que los gemelos se mantengan cerca de mi tío, se irá pronto del país pero mientras esta aquí lo quiero protegido, que sean discretos, él odia los guardaespaldas- redactó-  fin del mensaje- finalizó -¿Está participando Mark con los programadores?- preguntó tranquilamente, solo era curiosidad.

-No ha participado en ningún evento oficial desde hace años, al parecer el último juego que hizo fue para ti- Lakis bufó de recordarlo, efectivamente había tenido al hombre trabajando para él, pero después de que la miel cayera sobre él y su actual pareja, las horas extras o el horario de trabajo había comenzado a ser un problema y finalmente había renunciado- Pero creo que encontrarás esto interesante- Lakis dejó sus cavilaciones al escuchar lo que decía su computadora.

- ¿Qué es?- viendo la pantalla mientras en ella apareció un niño rubio de ojos grises, algo en aquel rostro se le hizo familiar pero no pudo ubicar qué era.

-Este niño ha avanzado rápidamente en la liga infantil, está invicto y con victorias contundentes.

- ¿Cuál es la novedad?- viendo al niño, sabía que le sonaba de algo pero no sabía de qué.

-Bien, genio, la novedad es que el niño tiene solo cuatro años, es el más joven en la liga, y no sólo eso, la persona que lo inscribió fue un joven de nombre Niki, la pareja de tu ex programador.

-Mmm parece prometedor, interesante, pero no tanto- recostándose en su silla viendo la imagen frente a él.

 -Oh, te parecerá más interesante cuando te diga su nombre.

-A menos que sea mi hijo perdido, no veo por qué debería de parecerme interesante su nombre- habló sarcástico sin saber la razón que tenían sus palabras.

-Su nombre es Andreas Denakis, y antes de que preguntes, sí, tiene mucho que ver con Basil Denakis- Lakis frunció el ceño enderezándose, prestando más atención a la foto, tal vez por eso le sonaba aquel rostro… pero no, ese niño no se parecía a Denakis, era rubio pero no tenía rasgos del pordiosero aquel.

-¿Qué tanto?- moviendo los dedos con impaciencia sobre el costado de la silla.

-Tanto que es su padre, sabiondo- Jason apretó un puño frunciendo el ceño.

- ¿Quién es la madre?- la pregunta salió automática y sin pensarlo de sus labios.

-Estoy buscando, estoy buscando….- Lakis esperó larguísimos segundos antes de recibir la respuesta- Según lo que encontré el niño, no es hijo natural de Basil Denakis, lo adoptó hace cuatro años cuando el niño era apenas un bebé, según los registros declaró haberlo encontrado en la puerta de su casa, tuvo un caso difícil por ser soltero pero al final le dieron la paternidad del niño, tiene un registro de dos meses en el preescolar, pero su papá lo sacó de repente, actualmente no va a la escuela.

-Mmm- Lakis se sintió mucho más relajado ahora- Con que adoptado ¿eh? Esto es muy interesante- sonriendo al todo el estilo Lakis, como sonríe un depredador ante la estimulante caza de su presa, sus ojos grises centellaban, aquello era divertido, todos aquellos sentimientos revoloteando en su interior sin que pudiese controlarlos, en algún momento habían sido incómodos y desagradables pero en esos instantes solo podía describirlos como divertidos. Encontrarse nuevamente con Basil Denakis era como revivir después de pasar muerto varios años.

Al día siguiente, para sorpresa de muchos, Lakis se presentó en su palco desde el inicio del torneo, muchos jugadores miraban hacia él antes de comenzar alguna partida. Para quien estaba ahí eran como hormigas levantando la vista para contemplar el sol mismo, aunque su mirada se paseaba entre la gente buscando figuras muy específicas. Encontró a Niki junto a Mark y al enano rubio junto a ellos paseando de hoja en hoja el manual con las fichas de los personajes de extensión de su plataforma de juego, podía saberlo fácilmente por el color de sus hojas, el niño no parecía prestar interés alguno en su entorno, aquello se le hacía familiar ¿de dónde? No lo recordaba.

Los juegos iniciaron y cuando tocó el turno del pequeño de jugar pareció hacerlo sin mucha emoción, no alcanzaba a ver bien su rostro desde donde estaba pero cuando la cámara lo enfocaba no se veía ninguna impresión especial en su rostro, las partidas fueron pasando, los duelos de los pequeños terminaban más rápido que los de los mayores así que siguiendo con lo previsto, la final se jugaría ese día.

Andreas sintió la máquina cerrarse en torno a él y el casco comenzar a ajustarse a su vista, ya casi se acostumbraba a aquello después de tantos juegos, su oponente era un niño de doce años. Esta vez, parecía bueno.

-Parece que la victoria no tendrá demasiado mérito, espero que no me critiquen por vencer a un mocoso de cuatro años- Andreas levantó la vista y pudo ver que era su oponente quien le hablaba, un pelirrojo feo con pecas en sus mejillas, vaya chico más odioso.

-No lo escuches Andreas, ¡Vence a ese fanfarrón, peque!- de entre las voces de toda la multitud reconoció la de su papá y giró el rostro rápidamente encontrándolo junto a Niki y Mark, sus ojitos resplandecieron de emoción y sonrió apenas un poco. La partida no había iniciado, estaban en una plataforma lejos de la gente y podía verlo desde arriba.

- ¿Papi vino a animarte enano?- Andreas volvió al vista a aquel sujeto. Ya que su papá lo había ido a ver, iba a lucirse.

- ¿Qué a ti nunca te abrazó tu papá?- el otro niño sólo sonrío confiado sin poder replicar nada y las voces se escucharon animadas de los espectadores, era difícil creer el nivel de popularidad que tenían aquellos juegos.

La partida con aquel niño fue interesante, le dejó explayarse un poco más en su juego y resistió antes de que lo aplastara, aunque aún a pesar de eso Andreas se sintió inconforme, aquello había parecido demasiado fácil, su papá no estaría impresionado con eso… mmm, tal vez debió hacer que durara más… o tal vez no… si durase más su papá pensaría que era un mal jugador.


Estaba perdido en sus pensamientos cuando notó que todo se había vuelto silencio, el narrador había dicho algo y todos se habían quedado callados, levantó la vista y observó a Jason Lakis en persona bajar desde su palco hasta él. Comprendió que era para darle su premio cuando una muchacha con poca ropa le dio a Lakis una gran caja y éste camino hacía donde se encontraba junto con ella, otra chica, con tan poca ropa como la anterior caminó tras él con un enorme papel, un cheque gigante.

-Señores con ustedes, el genio, el hombre más deseado de este año, nuestro Dios y maestro ¡Jason Lakis! –Lo presentó el narrador y la audiencia se desbarató en aplausos y ovaciones.

-Jugaste bien- dijo simplemente Lakis, sin demasiada emoción al llegar junto a Andreas.

Lo cierto es aquel niño despertaba más que curiosidad en él, era un interés extraño que ni él mismo podía comprender. Andreas tomó la caja que el otro le extendía, pero en ningún momento apartó la mirada del mayor.

-Y tu… ¿eres bueno?- preguntó viendo los grises ojos del sujeto frente a él, Lakis se enderezó observando al pequeño, sonriendo justo como momentos antes lo había hecho el niño al ganar y para muchos aquello no pasó desapercibido, en especial para la pareja que lo había llevado, un rubio que sabía el porqué de aquel parecido y para un Lakis, tío de Jason, que no salía de su asombro.

-Soy el mejor, pequeño- le habló en un tono deliberadamente calmado, orgulloso y frío, él era el creador y para él aquel jueguecito era pan comido, solo algo en lo que se entretenía cuando tenía tiempo libre. Andreas por su parte puso la caja en el suelo señalando al otro.

-¡Entonces, juega conmigo!- Basil sintió el impulso de subir a la plataforma y detener a su hijo pero se quedó quieto en su lugar, Lakis sólo observó al pequeño.

-Soy el campeón del mundo ¿por qué quieres pelear una batalla perdida?- y se contuvo de hacer algún comentario de Basil en ese momento- ¿No te importa perder frente a toda la gente? Pareces un pequeño bastante orgulloso- Basil al escucharlo pensó que aquel orgullo era definitivamente hereditario.

-Eso no importa porque yo pierdo todo el tiempo, lo único que quiero es jugar contra gente buena - le habló el pequeño sin sentir la menor molestia en admitir que antes había sido derrotado, y Lakis se preguntó contra quien jugaría con regularidad el pequeño, ¿acaso contra Mark? ¿Contra Niki? ¿Contra Basil?

-Entonces que así sea- Lakis habló en voz fuerte y la voz del maestro de ceremonias  del evento se escuchó.

-Pero señor, tenemos un horario…

-Yo hago los horarios aquí- habló interrumpiendo al otro, sonriendo después- además esto no llevará mucho tiempo.

Y dicho y hecho, segundos más tarde él y el pequeño Andreas jugaban frente a frente. El juego empezó y como Lakis dijo, no fue largo, apenas de diez minutos, pero era mucho más de lo que duelistas expertos habían durado contra el excéntrico magnate, el pequeño era bueno y al terminar el duelo, Lakis se acercó a él sin ninguna intención en especial, se encontró con un Andreas cabizbajo con la mirada perdida en sus dedos, parecía concentrado, no derrotado y frunció el ceño agachándose frente al enano.

-No pienses que tendré piedad contigo solo por tu edad, vuelve a retarme y te daré una paliza más aplastante que la de ahora- Andreas frunció el ceño. Lakis no tenía piedad contra la insolencia, ni siquiera si eran niños.

-No pienso dejarme- le aseguró con firmeza.

-Oh, no importa si lo haces- le sonrió, casi con simpatía- pienso tener especial cuidado contigo enano, no voy a darte oportunidad- habló enderezándose y dándose media vuelta para marcharse y dar paso al torneo de mayores, era un hombre serio y tomaba con seriedad a quienes se mostraban firmes, pero notó que no podía avanzar, pues el pequeño le había sujetado por el pantalón- que demo…- aunque se calló al ver el rostro del pequeño, sus ojos brillaban y sus mejillas se habían encendido ligeramente.

-Yo…yo…¡voy a superarte!- gritó a todo lo que daban sus pulmones sorprendiendo a Lakis, pero no tanto como lo que ocurrió después, Andreas sujetaba con fuerza la caja donde estaba su premio contra su pecho y bajó la cabeza como si le costara hablar- Hasta entonces…hasta entonces…- levantó su mirada reuniendo todo su valor para clavarla en Lakis- Me… ¿me darías tu autógrafo?- habló bajito y Lakis se quedó sin saber qué decir mientras la multitud parecía enternecida por el gesto del pequeño. Lakis tardó algunos segundos en reaccionar y cuando lo hizo fue solo para decir lo primero que le vino a la mente.

-No tengo papel por aquí…- y el niño soltó el pantalón de Jason abriendo su caja sacando uno de los cascos de juego.

-Firma aquí- exclamó enérgico y Lakis pensó que cuando el pequeño actuaba así nadie podría dudar que era hijo de Basil Denakis, tomó la pluma que llevaba en la camisa y firmó en la parte trasera del visor, para después marcharse dejando al pequeño conforme con su autógrafo y corriendo donde su papá, que le esperaba con una sonrisa en los labios intentando poner su mejor cara, pero tenía que admitir, que ver a Lakis cerca de su hijo definitivamente le había acelerado el pulso, había sentido un miedo inexplicable, por lo que cuando tuvo a su pequeño al alcance le sujetó con tal fuerza que el niño se quejó sonriendo.

-Papá, me haces daño.

- ¿Es usted el padre del niño?- Basil escuchó una voz desconocida tras él antes de poder decirle algo a Andreas, giró la vista encontrándose con un hombre completamente vestido de negro, al parecer uno de los hombres de seguridad, Basil asintió y el sujeto prosiguió- El señor Lakis dice que pase a sus oficinas para discutir el pago del premio, por favor, sígame- Basil asintió y volteó hacia el chiquillo.

-Ya regreso peque, espérame aquí ¿sí? Niki ¿podrías vigilarlo?- Niki asintió murmurando un “claro” y Basil volteó a ver a Mark- ¿Podrías acompañarme?- sinceramente no se sentía con la entereza para encontrarse con Lakis a solas en aquel momento, no creía tener que tratar con él directamente, pero por si acaso, prefería estar acompañado.

-Por supuesto- aceptó Mark caminando a su lado, les dejaron en una habitación vacía, les dijeron que la señorita que les atendería estaría en un segundo con ellos y Basil se sintió aliviado al escucharlo, un alivio que le pesó en el alma, un alivio desesperanzador, como si temiese ver a aquel imbécil y al mismo tiempo lo hubiese estado deseando.

-Creo que deberías decírselo Basil.- le habló Mark apartándolo de los molestos sentimientos que lo inundaban en aquellos momentos.

-No comprendo a qué te refieres, Mark- habló Basil haciéndose el desentendido pero por supuesto que sabía a qué se refería.

-Me refiero a que durante estos cuatro años te hemos cubierto, pero sabes que nunca hemos estado de acuerdo, Lakis tiene derecho a saberlo.

Jason  tenía una sonrisa maliciosa en el rostro mientras caminaba a la habitación donde había ordenado llevaran a basil, había tomado el lugar de su empleada sin dar ninguna explicación, él no le daba explicaciones a nadie. Sólo al acercarse a la puerta y escuchar lo que Mark decía se dio cuenta de que había estado en lo correcto al ir personalmente, se quedó en el umbral, aquello había llamado su atención ¿qué diablos se suponía que tenían que decirle?

-Lakis no tiene ningún derecho, Mark-esa era la voz exasperada del rubio. ¿Derecho a qué?


-Claro que lo tiene Basil. Lakis es el padre de Andreas, lo quieras o no, Anna pensó que era mejor idea dejártelo a ti, pero la verdad es que la sangre de Lakis corre por las venas de tu hijo y creo que tiene todo el derecho de decidir si quiere intervenir en la vida de Andreas o no, lo viste allá afuera Basil, la sangre llama y…- pero se interrumpió al escuchar como la puerta se abría de golpe, Basil volteó hacia ella asustado y su peor miedo se confirmó al ver a un Lakis de no muy buen humor parado frente a ella.